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viernes, 8 de septiembre de 2017

Bioética






¿Que es la bioética?

La palabra bioética se define como  “el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y el cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores y los principios morales” (W.T. Reich, Encyclopedia of bioethics).

El significado etimológico de la palabra “bioética” proviene del griego Bios: vida y Ethos: ética. Pero,  ¿Qué es la ética?

La ética se define como una disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano.  Esta rama de la filosofía estudia lo correcto o equivocado del comportamiento del hombre. 

En tal sentido, podemos decir que la bioética es una rama de la ética que estudia lo correcto o incorrecto del comportamiento humano en sus relaciones con el planeta, abarcando desde como se dan estas relaciones con otros individuos de su misma especie, con otras especies y con el medio ambiente, hasta las relaciones en el ámbito de la investigación científica.

La palabra bioética ha sido utilizada para definir esta disciplina de estudio desde el año 1927, cuando el pastor, teólogo,  filósofo y educador  alemán Fritz Jahr, utilizo el término Bio-Ethik  en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y animales. Luego en 1970,  el Bioquímico Oncólogo estadounidense  Van Rensselaer Potter  utilizo el termino Bio-ethics en un artículo sobre la ciencia de la supervivencia y posteriormente en el año 1971 en su monografía titulada “Bioethics: bridge to the future” (Bioética: un puente hacia el futuro), donde el autor  englobaba “la disciplina que combina el conocimiento biológico con el de los valores humanos”. 

A pesar de que el término es relativamente nuevo, ya en la edad antigua existía preocupación por estos temas; lo que se puede apreciar en el Juramento de Hipócrates. Este juramento constituye un conjunto de escritos que forman parte del Corpus Hipocraticum  redactado por Hipócrates en el siglo V a.C, con la finalidad de regular la práctica médica bajo los principios éticos de la época.

En el mundo moderno, las primeras declaraciones de bioética surgen posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando se descubrieron una serie de experimentos llevados a cabo por los facultativos Nazis sobre los prisioneros de los campos de concentración. Fue en el siglo XX, debido a su rápida evolución, donde se reconoció la necesidad de dilucidar temas controversiales generados por los nuevos descubrimientos y la forma como se lograban estos descubrimientos, muchas veces utilizando para la investigación seres humanos en situación de vulnerabilidad.


Los rápidos avances científicos y tecnológicos del siglo pasado constituyen un factor determinante en la evolución de esta disciplina, destacándose el desarrollo de la ingeniería genética con sus amplios avances en múltiples técnicas de manipulación genética, reproducción humana asistida, creación de híbridos y organismos transgénicos. Los descubrimientos médicos en técnicas para prolongar la vida (como la reanimación) o acortarla (eutanasia), los trasplantes de órganos, y la investigación con seres humanos, creando la necesidad de establecer códigos éticos y normativas legales para evitar abusos y atentados contra la dignidad humana.



El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano y a la dignidad de la persona. Sin embargo, la bioética no se limita solo al campo de la medicina; sino que va mucho mas allá, abarcando un amplio campo de acción que involucra otras áreas como la  nutrición, la biología, la política, psicología, sociología, teología, química, derecho, filosofía, antropología, entre otras.

Principios de la bioética.

Existen diferentes autores con diversas opiniones acerca de los principios en los que se basa la bioética para la toma de decisiones controversiales. Sin embargo, el médico y filósofo español Diego Gracia propone una teoría ampliamente aceptada que establece 4 principios fundamentales:

Principio de no maleficencia

          Se refiere a  abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daños o perjudicar a otros.  Este principio se formuló en la etapa Hipocrática de la medicina: Primun non nocere, es decir, ante todo no hacer daño al paciente. Se trata de respetar la integridad física y psicológica de la vida humana.
Las implicaciones de este principio para los profesionales de la salud son varias: tener una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas para mejorar los ya existentes con el objeto de que sean menos  dolorosos y dañinos para el paciente, evitar la aplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios.


Principio de beneficencia
         Es la obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo prejuicios. Este es otro de los principios hipocráticos. Se trata de la obligación de hacer el bien. En el ámbito de los servicios de salud promueve el mejor interés del paciente.


 
Principio de autonomía
        Se puede definir como la obligación de respetar los valores  y opciones personales de cada individuo en las decisiones básicas que atañen a su vida. Tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o presentar una autonomía disminuida. La mayor representación de este principio es el consentimiento libre e  informado del paciente.


Es importante resaltar que en el área de la salud; la autonomía no implica que el paciente pueda hacer o elegir lo que quiera. Lo que significa este principio en el ámbito médico es que el paciente debe ser correctamente informado de su condición y de las posibles alternativas de tratamiento que se le pueden aplicar, de manera detallada y sin condicionamientos, para que éste pueda hacer su elección libremente.   
Principio de justicia
           Consiste en tratar a cada uno como corresponda. Impone la obligación de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad.

Persigue el reparto equitativo de cargas y beneficios en el ámbito del bienestar vital, evitando la discriminación en el acceso a los recursos sanitarios. Este principio pone limite al de autonomía, ya que pretende que la autonomía de cada individuo no atente contra la vida, libertad y demás derechos básicos de las otras personas.  También determina las características relevantes para la distribución de los recursos sanitarios.
La relación entre el personal de salud con el paciente se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia y de autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto, a menudo por la escasez de recursos, es el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos.
En algunas oportunidades los citados principios entran en conflicto, y no sabemos  cual debe prevalecer por encima del otro. La respuesta a esta interrogante la obtendremos al saber la relación riesgo-beneficio  que obtendremos al aplicarlos.
Diego Gracia estableció la jerarquización de estos principios de la siguiente manera:
-          Nivel 1: justicia y no maleficencia
-          Nivel 2: autonomía y beneficencia.
Por lo tanto se establece que los principios del nivel 1 están por encima de los principios del nivel 2, de tal forma que la autonomía de un paciente nunca podrá estar por encima de la justicia o la no maleficencia. Lo cual se entiende ya que una decisión tomada por un paciente de forma autónoma que cause un daño o menoscabe el principio de justicia no puede ser considerada para su aplicación. 
En el ámbito hospitalario con frecuencia suelen darse conflictos éticos generados por los limitados recursos del sistema público de salud  en relación con la alta demanda de asistencia (sobre todo en los países subdesarrollados), por lo tanto es importante tener clara la preeminencia de estos principios para la correcta solución de dichos conflictos.
Planteamos un ejemplo muy sencillo donde podemos observar la confrontación de los mencionados principios: tenemos un paciente (1) que puede caminar hasta la sala de Rx pero prefiere no hacerlo y quiere ser trasladado en silla de ruedas, sin embargo solo hay una silla y esta siendo utilizada por otro paciente (2) con movilidad limitada. Se le explica la situación al paciente 1; y éste exige que se le retire la silla al paciente 2 para movilizarlo a él (1).  En este caso no se puede aplicar el principio de beneficencia sobre el paciente 1 porque para hacerlo estaríamos menoscabando el principio de justicia  y el principio de no maleficencia contra el paciente 2.

 Debemos tener en cuenta que no se puede realizar ninguna acción que genere un beneficio a una persona; si para ello debemos causar un perjuicio a otra.  Lo cual coloca en el número 1 de la jerarquía al principio de no maleficencia.

Gracias, hasta la próxima…

Lcda en Enfermería Paola Di Zio

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